De las 14 páginas que tiene el documento que selló el acuerdo para la “Protección de Ingresos de las familias y la Reactivación económica del empleo”, apenas un párrafo aborda sutilmente los desafíos medioambientales del país.
Habla de un “énfasis verde” en la inversión pública que propone el acuerdo, para recuperar la marcha de la economía post pandemia. En particular, sobre mitigación de cambio climático que propone acelerar la cartera de inversiones ligadas a la construcción de embalses, obras de riego, agua potable rural, desalinizadoras e inversión en Energías Renovables No Convencionales, dice el texto.
Pero no explica más y queda la duda sobre la profundidad que tendrá ese “énfasis” de la recuperación. Y si es posible hablar de una “reactivación verde” a la que han convocado organismos como el FMI o la Unión Europea.
“Si estuviéramos en 2010, podría ser aceptable. Pero en esta época tiene que ser mucho más concreto respecto a la acción y mitigación” dice el ex ministro de Medio Ambiente y actual director del Centro de Acción Climática de la Universidad de Valparaíso, Marcelo Mena. “No estamos para guiños. Estamos para transformaciones. Poner una palabra sin volumen, sin una meta específica y una estrategia, no es lo que se esperaba”, explica Mena, quien recuerda que Chile asumió una serie de compromisos “para los que se requieren medidas concretas hoy”.
Por eso extrañó que no hubiera pasos más concretos incluidos en el acuerdo chileno, aprovechando el cuantioso estímulo fiscal por venir. “No hay una mirada de fondo”, dice el ex fiscal del Ministerio de Medio Ambiente Jorge Andrés Cash. “Esta primera señal es muy preocupante porque en el punto de partida no está el tema ambiental”, explica el abogado, que plantea que el documento deja una duda sobre la importancia que tendrá este tema a futuro. “Nuevamente tenemos una constatación de que toda la clase política aborda el tema ambiental de una manera que solo constata una indolencia”.
Comentarios recientes